Desconfiad de Kafka

Franz Kafka crea poderosas imágenes de un sistema deshumanizado y perverso, con un aparato burocrático que opera de manera impredecible, y un poder policial y judicial completamente arbitrario. Pero, ¿hasta qué punto contribuyen tales imágenes a una comprensión ajustada de la sociedad?

Discutiendo a Kafka y a los filósofos que han analizado su obra y confrontando la retórica kafkiana con un análisis sociopolítico de la justicia, la policía y el Estado, Lagasnerie cuestiona los automatismos que configuran la forma en que pensamos el poder, y reflexiona sobre los principios que nos permiten captar la verdad de las instituciones que conforman nuestro mundo.

«Alguien tenía que haber calumniado a Josef K, pues fue detenido una mañana sin haber hecho nada malo». La primera línea de El proceso anuncia un universo arbitrario, enigmático y atroz. Atribuye al poder un aura de impenetrabilidad, de fuerza imprevisible.

Sin embargo, no hay nada de impredecible en el sistema judicial ni en la policía. La intervención del poder en la vida cotidiana no es ininteligible sino todo lo contrario. De hecho, hay que estudiarlo, comprenderlo, anticiparlo, combatirlo… Debemos desconfiar de Kafka.

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